Dad palabra al dolor, el dolor que no habla, gime en el corazón hasta que lo rompe.
15 septiembre 2009
FLOTANDO
Otra vez buscando nuncajamas. Corrección:otra vez en busca de niños perdidos
1 comentario:
Anónimo
dijo...
"Durante los primeros años de tu infancia el tiempo no existe. El tiempo se mide en cumpleaños, en veranos y en Navidades y eso es todo. El paso del tiempo es un paso lento, es un tiempo que pasea. Es el tipo de tiempo que hay en Neverland. El tiempo no existe en Neverland porque –nos cuenta Barrie– el único reloj de Neverland late y descansa en el estómago de un cocodrilo siempre hambriento y, para saber qué hora es en Neverland, tienes que acercarte a él lo más que puedas y quedarte allí lo más que puedas hasta escuchar el sonido de la campanilla, hasta que el tiempo abra sus fauces y te clave los dientes y ya no puedas escapar de su mordida y comprendas que el tiempo, ahora, por fin, después de tanto tiempo, te va a tragar. El tiempo te va a comer vivo".
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"Durante los primeros años de tu infancia el tiempo no existe. El tiempo se mide en cumpleaños, en veranos y en Navidades y eso es todo. El paso del tiempo es un paso lento, es un tiempo que pasea. Es el tipo de tiempo que hay en Neverland. El tiempo no existe en Neverland porque –nos cuenta Barrie– el único reloj de Neverland late y descansa en el estómago de un cocodrilo siempre hambriento y, para saber qué hora es en Neverland, tienes que acercarte a él lo más que puedas y quedarte allí lo más que puedas hasta escuchar el sonido de la campanilla, hasta que el tiempo abra sus fauces y te clave los dientes y ya no puedas escapar de su mordida y comprendas que el tiempo, ahora, por fin, después de tanto tiempo, te va a tragar. El tiempo te va a comer vivo".
"Jardines de Kengsinton", de Rodrigo Fresán
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